Mi prostituta de la guarda
- Arnulfo Urrutia
- 20 jun 2024
- 1 Min. de lectura
Se acercó a la ventanilla de mi carro y me dijo: amorcito regálame 10 córdobas.
Yo, irónicamente le pregunté: ¿Para desayunar?
—No. Yo no miento. Es para una cerveza. Me muero de la goma.
(Me conmovió su estado y le di los 10 córdobas).
—¿Y para dónde vas? Preguntó.
—Busco las bodegas de la empresa tal.
—Están adelante de ese "caminito". Pero pipito ni se te ocurra ir. Esa pasada es peligrosa.
Días después, leí en los periódicos: Asaltan y hieren a varias personas en un "caminito" despoblado...
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