Cristóbal Colón
- Arnulfo Urrutia
- 19 abr 2024
- 1 Min. de lectura
La Carabela acaba de tocar tierra y todo es alegría.
—Don Cristobal, me estoy orinando. ¿Me da permiso para bajar?
—Por supuesto, chaval. Puedes bajar.
Bajé y comencé a orinar.
Al amanecer supe que me había meado en la cama. Tenía seis añitos.
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